La estancia es muy agradable y tiene amplio estacionamiento para quien lleva remolque. Muy agradable y colonial la edificación, nada pretenciosa pero muy funcional de precio accesible y con un jardín muy amplio y bien cuidado con alberca, lo recomiendo mucho para viajes en los que no se permanece mucho en hotel, si más bien solo se descansa en las noches, su ubicación es buena por su acceso a vías principales a la ciudad y para salir de ella.

Viajó con familia

Calidad del descanso

El hotel el super familiar, para parejas o bien de trabajo, amplio estacionamiento, las habitaciones cómodas, amplias y limpias, la alberca muy padre, limpia, acogedora, muy bien para estar con los niños jugando, el jardín super amplio y con mucha sombra, en si todo el hotel está muy bien y los precios accesibles.

Llegué a este hotel porque no encontraba otro lugar para hospedarme cerca. Y debo decir que este descubrimiento realmente me agradó. Se encuentra sobre la carretera 57, al llegar se puede notar el estilo similar al de una hacienda. El trato que recibes por parte del personal es de lo mejor, todos son muy amables y serviciales. El lugar cuenta con alberca y pequeño jardín muy bonito. Las habitaciones tienen todas las comodidades para descansar y todo está muy limpio, además de tener la opción del desayuno incluido. También tienen un restaurante dentro del hotel con buenos precios y buena comida (me gustaron las pastas). Sin duda recomiendo mucho este lugar y volvería a hospedarme aquí. Buenas vistas, Romántico y Tranquilo.

Cálido, muy bien planeado, los detalles en la decoración y la arquitectura, son tan hermosos. Las habitaciones increíbles, la calidad de los blancos nos dejó encantados. Todo absolutamente perfecto y bello. Tan cercas del centro y de la terminal de autobuses. Las áreas verdes son hermosas y perfectas de día, pero, por la noche, es lo más romántico. No tuve oportunidad de entrar a la alberca, pues no tenía mucho tiempo, pero también es muy bella y limpia.

Este hotel fue abierto hace unos cuarenta años. Mi padre fue Policía Federal de Caminos, el me platico las vivencias que tuvo en ese hotel desde su estreno. Cuando eran 478 Federales en la República, de los buenos ambientes que se hacían en el amplio jardín del hotel y la alberca por todos los viajeros que iban de paso, la mayoría gringos algunos con sus RV's.

En este hotel nos hemos hospedado infinidad de veces, siempre una sola noche, de ida a Monterrey o de regreso a casa. Los muebles al día de hoy son los mismos desde su apertura. Son muebles de madera muy fuerte, tipo rústico en color obscuro. Las almohadas y los colchones si se han cambiado, pero todos los demás muebles de cama, tocador, mesa y silla son los mismos que mi padre vio en su época, cuando viajábamos como familia y ahora que me volví a quedar ahí con mi esposa, son los mismos. El baño sigue estando decorado de talavera, la taza tiene un sello sobre la tapa a manera de garantizar al huésped la limpieza del baño. El agua en la regadera sigue saliendo con la misma calidez y presión de hace cuarenta años.